INMUNOGLOBULINA M

El ayuno recomendado para el estudio es de 8 a 12 hrs., a partir de su último alimento por la noche.

Evite fumar e ingerir bebidas alcohólicas 24 hrs., antes de su estudio.

Se recomienda no ingerir ningún medicamento antes del estudio ya que puede alterar el resultado, si lo requiere y su médico lo autoriza, lo puede tomar con medio vaso de agua simple.

La ingesta de agua simple está permitida siempre y cuando sea aproximadamente medio vaso de agua.

La inmunoglobulina M (IGM) es una clase de anticuerpo que se encuentra en la sangre y otros fluidos corporales. Es el anticuerpo más grande y se produce como una respuesta inmunitaria temprana ante la presencia de antígenos extraños, como bacterias, virus u otros microorganismos. La IGM se sintetiza y se libera en grandes cantidades por los linfocitos B activados. La IGM tiene una estructura pentamérica, lo que significa que está compuesta por cinco subunidades de anticuerpos unidas. Esta estructura le proporciona una alta capacidad para unirse a múltiples antígenos a la vez, lo que es beneficioso en las primeras etapas de la respuesta inmunitaria. La presencia de IGM en la sangre puede indicar una infección o una respuesta inmunitaria activa. Es especialmente útil para diagnosticar infecciones virales agudas, como la hepatitis viral, la mononucleosis infecciosa y algunas enfermedades transmitidas por garrapatas. También puede ser utilizado como un marcador en el diagnóstico y seguimiento de enfermedades autoinmunes y trastornos linfoproliferativos. Los niveles de IGM en la sangre pueden fluctuar durante el curso de una enfermedad, siendo más altos en las etapas iniciales de la infección y disminuyendo a medida que la respuesta inmunitaria se resuelve. Sin embargo, en ciertas enfermedades crónicas, los niveles de IGM pueden mantenerse elevados de manera persistente. En resumen, la inmunoglobulina M (IGM) es un anticuerpo importante en la respuesta inmunitaria inicial contra patógenos. Su detección y cuantificación en la sangre pueden ser útiles en el diagnóstico de infecciones agudas y enfermedades autoinmunes. Sin embargo, es importante interpretar los resultados de la IGM en el contexto clínico adecuado y junto con otras pruebas complementarias para llegar a un diagnóstico preciso.